Por: Juan Salazar
En la
sociedad actual se sabe que una imagen dice más que mil palabras. A mediados
del año 69 para ser más precisos el 20 de Julio de 1969, el mundo entero estuvo
pendiente en sus aparatos de televisión, ese día los norteamericanos Armstrong
y Aldrin iban a poner su pie sobre la superficie lunar, luego de este suceso
todo el mundo pudo captar esta representación gracias a la imagen.
Imagen que se convirtió en algo icónico, por su fuerza y solides informativa, aunque esta se veía bastante opaca por la distancia entre la luna y la tierra, aunque en ese momento no existía la tecnología para darle una calidad de alta definición y apenas las personas podían ver en las pantallas de sus televisores , el hecho de poder ver tal acto , representaba algo impactante para todas las personas.
Imagen que se convirtió en algo icónico, por su fuerza y solides informativa, aunque esta se veía bastante opaca por la distancia entre la luna y la tierra, aunque en ese momento no existía la tecnología para darle una calidad de alta definición y apenas las personas podían ver en las pantallas de sus televisores , el hecho de poder ver tal acto , representaba algo impactante para todas las personas.
La
segunda mitad del siglo XX se reconoce como la civilización de la imagen, de simulacro
o representación, el ser humano se ha convertido en una persona guiada desde
esta época solo por la imagen, siendo un gran consumidor de ellas, películas en
el cine , programas televisivos ,comerciales que indican los productos que
necesitas , entre otros , se ha vuelto parte de nuestra cotidianidad , pero ¿hasta
qué punto una persona puede guiarse por todo este cumulo masivo de información?
.
Es difícil explicar el porqué de esta
atracción directa, de las personas por el placer de obtener imágenes ,
pareciera un vicio por tener la mejor visión de las cosas, tal como los
franceses llaman el voyeurismo, aunque por otra parte forma parte de nuestro
proceso cultural , ya que por esta nos identificamos como personas.
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