¿Es posible recorrer el mundo caminando? Es una pregunta que en algún momento de tu vida te habrás hecho. Aunque con la gran demostración que nos ha dado Karl Bushby, sabemos que nada es imposible.
Nacido el 30
de marzo de 1969 en Kingston upon Hull, Reino Unido, Bushby sirvió en el
Ejército Británico desde los 16 años durante 11 años en el 3.er Batallón del
Regimiento Paracaidista, un entrenamiento que sin duda le sirvió de preparación
para una hazaña que ninguna otra persona se había atrevido a iniciar. Aunque
existen personas que se han aventurado a recorrer el mundo en moto o en una
camioneta, el exparacaidista británico llevó el desafío al siguiente nivel:
recorrer el mundo a pie.
Todo su
viaje inició en Punta Arenas, Chile,bajo el nombre de Expedición Goliat el 1 de noviembre de 1998, con el objetivo
de llegar a su casa en Inglaterra. Lo que sería un recorrido de más de 58.000
kilómetros estaría lleno de dificultades, guerras ,conflictos, y obstáculos
que pondrían a prueba la voluntad de este británico.
Este soldado
se impuso solo dos reglas, las cuales no podía romper bajo ninguna
circunstancia: en primer lugar, no podía usar ningún medio de transporte, solo
sus pasos, y la segunda, no regresar a su casa hasta terminar el largo
recorrido.
Los hitos y los obstáculos del camino
El camino de
Karl Bushby ha sido una prueba constante de su voluntad. Su misión, que
originalmente pensó que duraría ocho años, se ha extendido por casi tres
décadas, no por falta de dedicación, sino por una serie de obstáculos
logísticos y naturales.
Uno de sus
primeros y más grandes desafíos fue cruzar los 320 kilómetros de la infame
selva del Tapón del Darién, entre Colombia y Panamá, una travesía que le
tomó dos arduos meses. Más tarde, en 2006, logró un hito que parecía imposible
al cruzar el estrecho de Bering a pie sobre una sección de hielo
congelado de 241 kilómetros, una hazaña que lo llevó de Alaska a Siberia.
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| imagen cortesía de magis/iteso |
Sin embargo,
el mayor adversario de Bushby no fue la naturaleza, sino la burocracia. En
Rusia, se enfrentó a constantes problemas de visado, lo que limitaba su avance
a solo 90 días de cada 180. Tras una prohibición de entrada de cinco años,
demostró su inquebrantable perseverancia al caminar 4.800 kilómetros desde Los
Ángeles hasta la embajada rusa en Washington D. C. para protestar, logrando que
la prohibición fuera revocada.
A lo largo
del camino, también tuvo que lidiar con problemas financieros que lo obligaron
a perder patrocinadores y a instalarse en México por un tiempo. Pero en 2022,
ante la imposibilidad de conseguir visas para Irán o Rusia, ideó un "plan
B" asombroso y completamente fuera de su zona de confort: nadar 288
kilómetros a través del mar Caspio junto a su compañera Angela Maxwell, un
desafío que admitió no disfrutar, pero que era necesario para continuar.
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| Karl Bushby en compañía de Angela Maxwell luego de cruzar el mar Caspio |
La recta final: La promesa de regresar a casa
Tras casi
tres décadas de lucha incansable contra la naturaleza, la burocracia y sus
propios límites, Karl Bushby se encuentra ahora en la recta final de su
expedición. Actualmente, ha hecho una pausa temporal en México, una parada
obligada para cumplir con las leyes de visado turcas que le exigen permanecer
fuera del país durante 90 días antes de poder continuar.
Con aproximadamente 3.200 kilómetros por delante, el fin de su travesía está a la vista. Bushby planea reanudar su viaje en agosto de 2025, cruzando Europa, atravesando el Canal de la Mancha, y finalmente llegando a su puerta en Hull, Inglaterra, en 2026.
Este último tramo representa más que el final de un viaje; es el cumplimiento de una promesa que hizo a sí mismo hace 28 años, cerrando un capítulo que ha definido toda su vida.







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